Los perros llevan miles de años compartiendo su vida con nosotros y uno de los secretos de esta conexión se encuentra en la manera en que perciben el mundo.
Sus sentidos funcionan de manera diferente a los nuestros, potenciando algunas capacidades mientras sacrifican otras. Entender cómo sienten, escuchan, ven, huelen y perciben el entorno nos ayuda a comprender mejor su comportamiento.
En este post de Superpet, hablaremos sobre los cinco sentidos de los perros: oído, vista, tacto, gusto y olfato. Analizaremos cómo funcionan, qué diferencias presentan en comparación con los humanos y cuál de ellos es el más desarrollado.
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ToggleLos 5 sentidos en los perros
¿Cómo oyen los perros?
El oído es uno de los sentidos más potentes en los perros. Ellos son capaces de captar sonidos de frecuencias mucho más altas que los humanos, llegando hasta los 65 kHz, mientras que nosotros nos limitamos a unos 20 kHz.
Por ejemplo, cuando escuchan un silbato ultrasónico, que para nosotros es completamente silencioso, ellos lo perciben con claridad. Esta habilidad les permite reaccionar a sonidos que para nosotros pasan desapercibidos, como el zumbido de ciertos aparatos electrónicos o pasos lejanos.
Además, su movilidad auricular (las orejas pueden girar en distintas direcciones), les permite localizar con precisión el origen de un sonido.
Esta sensibilidad extrema explica por qué ruidos como la pólvora o los fuegos artificiales les genera tanto miedo: para ellos no solo son más fuertes, sino también invasivos y difíciles de ignorar. Por eso muchos perros presentan ansiedad en celebraciones como las fiestas de fin de año.
¿Cómo ven los perros?
Existen muchos mitos en torno a la visión canina, como la creencia de que solo ven en blanco y negro. La realidad es distinta: los perros son daltónicos, pero distinguen tonalidades de azul y amarillo. Lo que sí está reducido es su percepción de colores como el rojo y verde.
En compensación, sus ojos están adaptados para ver mejor en la penumbra. Gracias a una mayor cantidad de bastones en la retina y al tapetum lucidum, una capa reflectante detrás del ojo, los perros pueden captar movimientos en condiciones de poca luz mucho mejor que nosotros.
¿Cómo es el tacto de los perros?
El tacto en los perros está presente en diversas partes de su cuerpo, pero tiene una importancia especial en zonas como el hocico y las patas.
En las almohadillas de los perros se concentran terminaciones nerviosas que les permiten percibir vibraciones y temperaturas del suelo. Aunque parecen duras, estas zonas son sensibles y pueden sufrir daño con superficies muy calientes o frías.
El contacto físico también es fundamental en la vida social de los perros. A través de las caricias y el roce con otros, refuerzan vínculos, reducen el estrés y experimentan una forma de comunicación no verbal cargada de significado.
¿Cómo saborean los perros?
En comparación con los humanos, los perros tienen un sentido del gusto mucho menos desarrollado. Nosotros contamos con unas 9.000 papilas gustativas, mientras que ellos poseen alrededor de 1.700.
Esto significa que no distinguen una gran variedad de sabores. Sin embargo, sí perciben las diferencias básicas: dulce, salado, ácido y amargo.
Las papilas de los perros están distribuidas principalmente en la punta y los costados de la lengua. Su preferencia natural está ligada a su dieta carnívora, por eso muestran especial atracción por las proteínas y las grasas. Al no tener un gusto tan refinado, muchas veces priorizan el olor sobre el sabor a la hora de elegir alimento.
¿Cómo huelen los perros?

El olfato es, sin discusión, el sentido estrella de los perros. Su capacidad olfativa es entre 10.000 y 100.000 veces superior a la humana. Cuentan con unos 220 millones de receptores olfativos (frente a los 5 millones en las personas), lo que les permite detectar olores en concentraciones mínimas.
Gracias a esta increíble habilidad, los perros han sido entrenados para identificar drogas, explosivos o armas, así como para localizar personas desaparecidas. Su nariz también es capaz de captar cambios químicos en el cuerpo humano, lo que permite a algunos ejemplares anticipar crisis en personas diabéticas o epilépticas. El olfato no solo guía sus actividades, también constituye su forma principal de interpretar el entorno.
¿Todos los sentidos son iguales en los perros?
No todos los sentidos están igualmente desarrollados en todas las razas de perros. A lo largo de generaciones, cada raza ha sido criada con un propósito específico, lo que ha potenciado más unos sentidos que otros. Esta especialización sensorial responde a las necesidades funcionales de cada raza, ya sea para cazar, pastorear, rastrear o vigilar.
Por ejemplo, el galgo es conocido por su extraordinaria visión. Su capacidad para detectar movimientos a gran distancia lo convierte en un excelente perro de caza visual, especialmente útil en terrenos abiertos.
En cambio, el pastor alemán ha sido criado para tareas de vigilancia y rescate, por lo que su oído y olfato están muy desarrollados, permitiéndole detectar sonidos lejanos y rastrear personas o sustancias con gran precisión.

Por su parte, el sabueso es un maestro del olfato: su nariz contiene hasta 300 millones de receptores olfativos (frente a los 5 millones de los humanos), lo que lo convierte en uno de los mejores perros rastreadores del mundo, capaz de seguir un rastro durante kilómetros.
Esta diversidad sensorial entre razas demuestra cómo la evolución y la selección humana han moldeado las habilidades de los perros para adaptarse a distintas funciones. Así, cada raza no solo tiene una apariencia única, sino también una forma particular de percibir el mundo.
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