Admitámoslo, la perspectiva de poder disfrazar a tu mascota nos tienta a todos. Eso de poder ponerle un traje de hada, de dinosaurio o de Batman… es que es imposible que no nos entren ganas de comprar el disfraz más cuqui del mundo y ponérselo ya mismo.
Pero cuidado, a pesar de que a muchos humanos nos encanta dar el cante disfrazándonos en ciertos eventos (Carnaval, Navidad, Halloween, etc.), lo cierto es que los peludos no siempre reciben de buena gana que les estemos vistiendo o poniendo complementos. Recuerda que valoran mucho su libertad de movimientos, su olor y toleran fatal las incomodidades. Y a lo que a nosotros nos parece divertido, a ellos quizás no les veamos tan entusiasmados y acaben por morder el disfraz para deshacerse de él lo antes posible.
Para que no tengamos ningún tipo de drama, en este post te vamos a dar 7 consejos para que tu mascota esté cómoda y bien con el disfraz que le vayas a poner. Así, será un momento divertido para todos.
7 consejos para disfrazar a tu perro
Para que tu peludo no acabe odiándote por ponerle el disfraz más ridículo que has encontrado, te damos a continuación 7 recomendaciones para que no solo no se lo quite, sino que esté seguro y cómodo durante todo el evento.
1. Comprueba que es de su tamaño y talla
Parece algo obvio, pero ocurre muy a menudo cuando se pretende poner al perro un traje completo.
¿Por qué es necesario cercionarse de que estás adquiriendo la talla correcta? Principalmente porque, como te hemos mencionado antes, a los perros no les gusta nada verse limitados en su capacidad de movimientos. Esto supone que, si de repente les ponemos un traje demasiado ajustado, se sentirán incómodos y restringidos en sus movimientos, además de que puede dificultarles la respiración.
Y lo mismo en caso contrario: si les ponemos un traje demasiado grande, corren el riesgo de pisarlo, tropezarse, enredarse y engancharlo, lo que puede resultar hasta peligroso.
2. Elige materiales suaves y cómodos
Al igual que ocurre con la limitación de movimientos, los perros también son muy susceptibles al tacto. Las telas sintéticas (poliéster o licra) son incómodas para ellos, más aún si son propensos a alergias.
Por otro lado, la lana puede causarles picor y el plástico puede llegar a causarles rozaduras. Además, los tejidos ásperos y rugosos quedan directamente descartados porque su tacto les resulta particularmente desagradable.
Opta mejor por materiales como el algodón o la seda, o materiales transpirables, ya que son más amigables con su piel y tienen mejor aceptación para ellos.
3. Que no cubran ni la cabeza ni el hocico del perro
Es decir, no le pongas un casco ni una mascara. Se sentirá atrapado y tardará cero segundos en quitársela según se la pongas.
A lo sumo, si tiene una melena larga, quizás puedas hacerle alguna coletita o un adorno pequeño, pero nunca cubras estas zonas por completo.
4. Observa que no limite los movimientos de tu peludo
No nos cansaremos de repetir esto: hay disfraces con complementos como capas o botitas que, si van enganchadas al disfraz, a poco que den uno o dos pasos ya se van a tropezar. Si quieren desperezarse o simplemente girar sobre sí mismos, quizás se vean limitados y ahí será cuando empiecen a querer quitárselo.
Así que opta por disfraces con las patas libres y un poco holgados, para que puedan moverse felices sin problemas.
5. Asegúrate de que no hay piezas sueltas
Algunos adornos de los disfraces para perros pueden tener piezas de plástico pequeñas que, si las muerden, pueden tragársela y darnos un disgusto.
Además, como hemos dicho antes, el plástico es un material completamente descartado para vestir a un perrete, con lo que esto aplica también a los adornos que vayas a ponerle. En tal caso, procura que sea en zonas como la cabeza (como la famosa coletita que llevan los Yorkshires) para que ni lo vea ni lo quiera morder.
6. No le pongas el disfraz de golpe, acostúmbrale de forma gradual
Los peludos son animales de costumbres y en cuanto incorporas un elemento nuevo a su rutina suelen desconfiar o sentirse confusos.
Si no han olido el disfraz antes o no lo han visto en su vida, probablemente cuando intentes ponérselo saldrán corriendo. En lugar de disfrazarle directamente el día del evento, prueba a dárselo a conocer unos días antes. Que lo huela, que lo conozca y cuando ya lo tenga ubicado, pruébaselo y dale una golosina para que lo asocie como refuerzo positivo.
Así, cuando llegue el momento, es probable que se sienta más tranquilo y en paz porque ya se ha acostumbrado a ese ingrediente en su rutina.
7. Mantenlo vigilado en todo momento
Esto es importante porque, aunque hayas hecho bien las anteriores recomendaciones, puede llegar un punto en el que tu perro simplemente empiece a sentirse incómodo, esté cabizbajo o empiece a mostrar signos de estrés porque quiere quitárselo.
Así que no lo pierdas de vista y en cuanto veas que empieza a sentirse mal, es que ha llegado el momento de quitarle el traje.
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